Las historias están hechas de experiencias, cada vida es una historia y cada una de estas historias contribuye a una historia que todos compartimos. Mi misión es impactar positivamente las historias de los demás para  así transformar nuestra historia compartida; yo hago esto al conectar historias humanas a través del diseño de experiencias.

 

Para mí, el diseño de experiencias es hacer que la audiencia participe en una historia que consideras que vale la pena contar. Cuando diseñas experiencias, las verdaderas historias que ocurren son las de la audiencia. En estos casos el artista se convierte en el narrador, que simplemente establece el tono y el ambiente mientras el público vive su propia historia en el espacio establecido. De esta manera, la obra de arte se convierte en una experiencia que toca la vida de cada uno de los espectadores.

 

Es crucial aprovechar todas las diferentes formas en que una audiencia puede percibir los elementos de la historia para que la experiencia pueda ser un encuentro inmersivo. Para lograrlo, no me limito a experimentar, así que pruebo las posibilidades que brindan diferentes disciplinas y materiales. Además, tiendo a implementar tecnología a través de proyecciones, música, sonido y efectos especiales para comunicar la narrativa de mi arte de manera efectiva.

 

El arte no existe sin una audiencia que lo experimente, y cuando yo hago el mío, siempre tengo en cuenta la perspectiva de la audiencia. Cada persona tiene una experiencia diferente al descubrir una obra de arte basada en varios factores, incluyendo emociones, contexto y experiencias pasadas. De la misma forma que lo hace la audiencia, cada obra de arte tiene una identidad y una historia propia. Estas historias son una fuente de inspiración para mí y me aseguro de que los materiales, los procesos y el contexto de la pieza contribuyan a la construcción de una experiencia completa. Es por eso que mi arte presenta referencias a mi identidad, mi historia, mi pasado y algunos temas abstractos como el tiempo, la existencia, la ética y el autoconocimiento.

 

Realmente creo que no solo diseñamos experiencias haciendo arte; considero que en nuestro día a día podemos convertir en realidad aquellas historias que nos gustaría vivir en nuestras comunidades. Es por esto que continuamente aplico mi creatividad y habilidades artísticas a diversos proyectos  de impacto social en los que estoy profundamente involucrado. La mayor lección que he aprendido al participar en estos proyectos ha sido el valor del trabajo colaborativo y cómo la interacción con otras personas puede hacer que logremos un objetivo común de una manera efectiva. Estas interacciones se han convertido en las historias que han inspirado mi arte. Y me aseguro de que todas las experiencias que creo se vuelvan una fuente de inspiración para que juntos podamos diseñar una mejor historia para todos.